Tabla de Contenidos
Las malas prácticas asociadas a procedimientos médicos se clasifican en tres grupos: negligencia, cuando por descuido se toman acciones que perjudican la salud o la vida del paciente; imprudencia, cuando se incurre en acciones temerarias que comprometen su integridad y, finalmente, impericia, que comprende los errores médicos que se cometen por falta de habilidad o experiencia en los procedimientos, así como las fallas u omisiones en los registros que se integran al expediente clínico de los pacientes.
Este punto es de particular interés para la comunidad médica, ya que, si bien estas “lagunas de información” o datos mal consignados pueden no afectar directamente la salud del paciente, sí podrían dar lugar a que se inicie un proceso de investigación en que se inculpe a los especialistas.
Casos de este tipo son frecuentes cuando se presenta una emergencia. Para ejemplificarlo de una manera más clara, acudiremos a una historia que se ha dado a conocer recientemente: un paciente politraumatizado llega al hospital luego de sufrir un accidente. Los médicos actúan para ofrecerle atención inmediata respetando los procedimientos pautados y sin cometer errores. Sin embargo, entre la premura y la gravedad de la situación, descuidan la información que se vierte en el expediente clínico. El paciente fallece y los familiares piden la revisión de los procesos. Dado que se encuentran inconsistencias en los registros, la responsabilidad médica por lo ocurrido recae sobre los que prestaron el servicio, quienes carecen de pruebas para su defensa.
Además de los fallos por desconocimiento, o por no consultar los manuales, el anterior es uno de los escenarios en los que una práctica puede ser considerada impericia. A diferencia de la negligencia y la imprudencia, esta clase de fallos no solo resultan perjudiciales para la salud de los pacientes, pues suponen procesos largos y desgastantes, tanto para la parte acusada como para la que reclama justicia.
Cuando se sospecha de alguna forma de negligencia o falta de ética en la atención que uno mismo o algún ser querido ha recibido, lo primero que hay que hacer es obtener la mayor cantidad de información objetiva sobre el asunto, escuchar la justificación del médico o de la clínica y determinar si ha habido negligencia, en cuyo caso se deberá buscar asesoría jurídica especializada. Por otro lado, siendo un profesional de la salud implicado en un caso como el que se describe arriba, también es fundamental acudir a los expertos.
Con sede en México, en la firma legal Lex & Co trabajamos en favor de la justicia y contamos con amplia experiencia en la resolución de situaciones como esta o por alguna indemnización por riesgo de trabajo. Contáctenos y recupere la tranquilidad.
Lic. Carlos Figueroa Rodríguez, abogado titular de Lex & Co. Cuenta con más de 10 años de experiencia en casos especializados en materia de demandas contra negligencias médicas y aseguradoras. Egresado de la Universidad Anáhuac y con Maestría en Derecho Constitucional y Amparo por la Barra Nacional de Abogados, además, cuenta con un doctorado en Ciencias Jurídicas por la UCI México. Cédula profesional 6577215.
Calle California N° 130-A (Casi esquina Inglaterra) Col. Parque San Andrés, CDMX C.P. 04040
copyright 2020 Aviso de Privacidad