En México la pandemia por COVID-19 ha cobrado muchas vidas, pero la falta de insumos médicos que provocan una atención negligente ha exacerbado la situación puesto que nuestro país es el que tiene la mayor tasa de letalidad en Latinoamérica, con el 10,2% que es más alta que en los países donde se tienen millones de contagios.
El sistema de salud, deteriorado desde hace varios años, ha dejado vulnerable no solo a la población, sino al personal sanitario que se ha quedado corto de médicos, enfermeros, equipo e insumos para combatir el virus, provocando que muchos pacientes sufran muertes que se podían haber evitado fácilmente.
Personas que han muerto en las calles, o en sus casas tras ser rechazados en los hospitales por falta de espacio, pacientes cuyos signos vitales dejaron de ser monitoreados, o con tubos respiratorios obstruidos, que murieron sin que alguien lo notara.
La escasez no solo ha sido devastadora para los pacientes, miles de trabajadores de la salud han enfermado (uno de cada cinco casos confirmados corresponde al sector salud), mermando aún más la atención de calidad en los hospitales, los cuales además carecen de equipo básico, como monitores cardiacos. La falta de personal ha llevado a que los empleados actuales estén sobrecargados, cumpliendo horarios de trabajo inhumanos, que además les llevan a cometer errores.
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En algunos hospitales quedan tan pocos médicos que los pacientes críticos pasan varias horas sin que nadie vaya a revisarlos.
De acuerdo con el Banco Mundial, el gobierno mexicano gasta menos en atención a la salud que la mayoría de los países occidentales, y se sigue recortando el presupuesto aunque se haya reconocido que a México le hace falta alrededor de 200 mil trabajadores de la salud.
Aunado a lo anterior, la carencia de equipo de protección ha provocado caos en el sector salud, puesto que al inicio de la epidemia en el mes de marzo, los hospitales enviaban a sus trabajadores de primera línea sin equipo de protección como mascarillas, caretas y guantes; incluso, muchos afirman haber sido obligados a comprar su propio equipo.
El problema del sector salud en México no es nuevo, desde hace varios años se ha sufrido la carencia de equipo y personal, por lo que miles de quejas de negligencia médica han sido presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Pero en la situación actual se está llegando a un punto de quiebre en el que los pacientes prefieren quedarse en casa a aliviarse de su enfermedad, antes que llegar a un hospital público.
En el caso de los hospitales privados la situación es diferente, puesto que allí sí hay equipamiento y especialistas, pero los costos son imposibles de costear para muchos mexicanos, ya que el costo promedio por atención de la enfermedad es de 385,375 pesos, mientras que se eleva a 946,949 pesos para pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos y a 4.8 millones de pesos para quienes requieren intubación.
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Lic. Carlos Figueroa Rodríguez, abogado titular de Lex & Co. Cuenta con más de 10 años de experiencia en casos especializados en materia de demandas contra negligencias médicas y aseguradoras. Egresado de la Universidad Anáhuac y con Maestría en Derecho Constitucional y Amparo por la Barra Nacional de Abogados, además, cuenta con un doctorado en Ciencias Jurídicas por la UCI México. Cédula profesional 6577215.
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