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En los últimos días se dio a conocer la noticia de un brote de meningitis aséptica que, hasta el momento, se ha cobrado la vida de 16 personas (15 mujeres y un hombre) y ha arrojado más de 60 casos positivos. Todo esto se ha presentado en hospitales privados del estado de Durango.
La raíz de este inusual brote es un hongo que fue detectado en cuatro lotes de un anestésico local conocido como bupivacaína, utilizado con frecuencia en procedimientos de ginecoobstetricia. La hipótesis más probable que se tiene apunta a negligencia médica y mala praxis, ya que dichos lotes podrían haberse contaminado luego de ser manipulados incorrectamente en estos centros de salud particulares.
Hasta el momento, la Fiscalía duranguense ha liberado siete órdenes de aprehensión contra posibles responsables de este brote; además, cuatro centros hospitalarios involucrados de manera directa en esta emergencia sanitaria fueron clausurados.
Se trata de un padecimiento provocado por el hongo Fusarium Solani. Al administrarse la anestesia contaminada mediante inyección en el área de la médula espinal, el hongo ingresa al cuerpo e infecta el sistema nervioso al inflamar las meninges, las cuales son membranas que envuelven al cerebro y la médula espinal.
La meningitis no es una enfermedad contagiosa. Sin embargo, puede provocar secuelas severas en los pacientes que la han sufrido, como debilidad o pérdida de algún sentido, trastornos del habla y la memoria, convulsiones y pérdida de extremidades. En el peor de los casos, la meningitis puede ocasionar la muerte.
Definitivamente lo es. Primero por la naturaleza agresiva, cuando no mortal, de la meningitis. Segundo porque todo parece apuntar a que se trata de un severo ejemplo de negligencia médica. Varios especialistas han descartado que los lotes salieran contaminados de la farmacéutica que los produjo, ya que el brote se dio en un lugar específico, en cuatro hospitales específicos.
Por el contrario, sus hipótesis apuntan a que los fármacos se contaminaron al ser manipulados en estos centros médicos. Ven una alta posibilidad de que se hayan reutilizado jeringas con el fin de ahorrar recursos. Esto, a todas luces, refleja una mala praxis, y sin duda nos debe preocupar a todos.
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Lic. Carlos Figueroa Rodríguez, abogado titular de Lex & Co. Cuenta con más de 10 años de experiencia en casos especializados en materia de demandas contra negligencias médicas y aseguradoras. Egresado de la Universidad Anáhuac y con Maestría en Derecho Constitucional y Amparo por la Barra Nacional de Abogados, además, cuenta con un doctorado en Ciencias Jurídicas por la UCI México. Cédula profesional 6577215.
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